Reparación del dispensador de jabón – 3 consejos clave. ¡Hazlo tú mismo!

Seguramente todos hemos tenido alguna vez que lidiar con un dispensador de jabón averiado que no dosifica correctamente el líquido. Aunque parezca algo trivial, un dispensador atascado o defectuoso suele ser una fuente de frustración al usar el baño/aseo. En lugar de comprar un modelo nuevo, aplica algunos consejos sencillos que devolverán la funcionalidad al dispensador averiado. ¡Aquí tienes 3 recomendaciones clave con las que repararás tu dispensador de jabón sin ayuda de nadie!

1. ¿El dispensador de jabón no bombea? ¡Determina la causa!

El momento en que descubres que tu dispensador de jabón no bombea el líquido puede ser muy frustrante. Este pequeño accesorio tiene una construcción muy simple, pero se estropea por muchas razones. El dispensador puede dejar de funcionar, por ejemplo, porque en el tubo de succión del líquido hay un grumo endurecido de jabón. A veces se trata simplemente de mecanismos internos dañados que impiden su correcto funcionamiento.

Antes de comprar un nuevo dispensador de jabón, comprueba qué puede estar causando la avería del que ya tienes. A menudo es algo trivial y fácil de resolver, y el enfoque adecuado puede devolver a tu dispensador toda su funcionalidad. La mayoría de los modelos son muy simples tanto en el manejo como en la construcción.

Para diagnosticar el problema del dispensador, empieza girando y presionando suavemente el mecanismo de la bomba – el bloqueo puede deberse a un simple atascamiento. Si eso no ayuda, desmontar el dispensador te permitirá identificar restos de jabón endurecido u otros obstáculos que bloqueen su funcionamiento. Asegúrate también de que el tubo de succión del líquido esté bien conectado y no esté dañado.

2. ¿El dispensador de jabón no funciona? ¡Sustituye la pieza defectuosa!

No toda avería del dispensador de jabón exige comprar un aparato nuevo. A menudo basta con sustituir ciertas piezas. Por ejemplo, si el muelle del dispensador está dañado, cámbialo por uno nuevo en vez de comprar otro accesorio. En muchas tiendas hay kits de reparación para dispensadores de jabón que incluyen los elementos que más suelen fallar.

Comprueba también el estado del tubo del dispensador. Si está doblado o es demasiado corto, sustitúyelo por uno nuevo. Puedes hacerlo tú mismo de forma muy sencilla – su reemplazo es muy intuitivo. Un pequeño ajuste suele ser la clave para devolver la plena funcionalidad al dispensador de jabón.

Si el problema no se reduce a una avería concreta, examina el mecanismo del dispensador. Puede que requiera un reemplazo completo, pero sin duda es más barato que comprar un dispensador nuevo. Los mecanismos para dispensadores de jabón también los encontrarás en nuestra tienda a un precio asequible.

3. Cuida la limpieza y el mantenimiento regular del dispensador

La limpieza y el mantenimiento regulares del dispensador son la clave de su larga vida útil. Los restos de jabón endurecidos a menudo bloquean el mecanismo responsable del flujo del líquido desde el dispensador, por lo que conviene enjuagar el accesorio con agua caliente de manera periódica. Así evitarás la acumulación de residuos y grumos que obstruyen el tubo del dispensador e impiden el flujo libre del jabón.

Además del jabón, la cal y los depósitos también pueden interferir en el funcionamiento del dispensador. La limpieza y el desincrustado regulares prolongarán la vida de tu accesorio. Puede que pienses que es una tarea laboriosa y exigente. Nada más lejos de la realidad. Utiliza remedios caseros como el vinagre o el limón, que eliminan muy bien los depósitos minerales de los dispensadores, devolviéndoles su funcionalidad. ¡El ácido cítrico y el agua caliente son una buena opción!

Si sigues los consejos anteriores, tu dispensador de jabón volverá sin duda a funcionar perfectamente durante mucho tiempo. Límpialo con regularidad, sustituye al instante cualquier componente averiado y tu dispensador de jabón nunca perderá su eficiencia.

Recuerda, por supuesto, que si todos los métodos mencionados arriba fallan, habrá que sustituir el dispensador. Sin embargo, no merece la pena deshacerte de un dispensador que te acompaña desde hace mucho tiempo: puede ser bonito, tener valor sentimental, haber sido un pequeño regalo de inauguración o simplemente formar parte indispensable de la decoración. Antes de tirarlo, intenta repararlo – ¡es un esfuerzo mínimo!