Pequeño-gran cambio

Si te has cansado de tu baño y sueñas con una transformación, no te lances de inmediato a cambios radicales. Antes de levantar los azulejos y cambiar los muebles del baño, intenta empezar por un cambio sencillo y económico: compra una nueva cortina de ducha e invierte en algunos pequeños complementos, como jaboneras, jabones de colores, toallas de mano, un organizador para cosméticos de baño, o quizá un portavelas en una paleta similar. Cambiar la cortina te llevará como mucho un minuto y el efecto puede ser realmente espectacular.

La oferta de cortinas de ducha es muy amplia; podemos elegir entre distintos materiales, estilos, texturas, estampados y colores. Conviene mirar la cortina no solo como una protección funcional contra que se inunde el baño, porque también puede ser un magnífico adorno, dar vida al baño y convertirse en el elemento protagonista de la decoración. Las hay lisas y con todo tipo de estampados: geométricos e incluso animales. También se pueden encontrar cortinas con reproducciones de obras de arte famosas, fotografías; la imaginación de los creadores no tiene límites. Existen además cortinas especiales con motivos infantiles que animarán a cualquier niño a la hora del baño.

Las cortinas están hechas de poliéster, algodón, vinilo o sus mezclas. La elección del material depende de las preferencias individuales y no influye en la durabilidad de las cortinas. Hay que fijarse en que el tejido tenga el peso adecuado para que durante el baño no se pegue al cuerpo. Conviene optar por una tela impermeable y de secado rápido. Algunas cortinas también cuentan con recubrimientos especiales antibacterianos que contribuyen a la higiene en el baño. Además del aspecto, es importante que las cortinas sean prácticas. Por suerte, parte de las cortinas textiles se pueden lavar a máquina, lo que facilita mucho mantenerlas limpias. En especial en el caso de cortinas de colores claros, fíjate en que puedan lavarse a temperaturas más altas. Esto también ayuda a evitar el desarrollo de bacterias y hongos. Los fabricantes polacos de cortinas a menudo ofrecen garantía para sus productos.

En baños de colores sobrios se puede apostar por una cortina de un tono vivo; también podemos optar por estampados atrevidos. Una cortina así será un acento claro al que se pueden ajustar los siguientes elementos: adornos y accesorios. En interiores con azulejos estampados o colores intensos, conviene que la cortina se inscriba en la tonalidad principal del espacio. Si la cortina solo debe proteger de las salpicaduras, podemos elegir también entre tejidos total o parcialmente transparentes. Si además debe servir para preservar la intimidad, la cortina debería ser claramente mate. Al elegir el tamaño de la cortina, recuerda que durante el uso la cortina de ducha a menudo forma pliegues. También hay que prestar atención al tamaño adecuado de los orificios de la cortina, destinados a fijarla en la barra.