¡Baño de estilo retro – estética rica, interior funcional!

El estilo clásico, también llamado retro o vintage, es el tipo de estética que luce especialmente bien en la decoración de baños. El efecto resulta impresionante cuando los distintos elementos del baño armonizan entre sí. Es cierto que el estilo retro es rico en ornamentos; sin embargo, conviene emplearlos con mesura. Así, un baño retro se vuelve realmente deslumbrante, funcional y… atemporal.

El baño retro y su equipamiento

El mobiliario de baño, la grifería, la cerámica y las bañeras deben responder, en un baño vintage, a una estética determinada. No es uniforme, pero sí posee varios rasgos que la distinguen del estilo moderno o minimalista. Si se trata de un grifo retro para el baño, que sea con mandos de latón. ¡Grifería retro: https://lazienka-rea.com.pl/bateria-umywalkowa-rea-retro-old-black.html en el lavabo no puede ser demasiado moderna, por lo que conviene evitar soluciones contemporáneas y apostar por las clásicas!

Un baño de estilo vintage, por su equipamiento, remite claramente a una estética de preguerra. A los interiores de baño de la burguesía acomodada e incluso de la aristocracia. Los radiadores y toalleros calefactores actuales carecen de adornos, mientras que los de estilo vintage/retro destacan por la abundancia de detalles, relieves o molduras. Es cierto que son más caros que los radiadores sencillos y están fabricados con otros materiales (latón, cobre), pero su estética y diseño son inconfundibles.

La grifería de lavabo, de bañera y de ducha también tiene un aspecto característico. Los modelos de estilo vintage son, sobre todo, dorados, de cobre y de latón; más raramente plateados o de acero. Estos últimos —si uno se decide por ellos— suelen ser de acero inox. La forma de la grifería retro también es distintiva, similar a las tendencias de los años veinte y treinta del siglo pasado (alcachofas de ducha anchas que recuerdan a una campana, llaves con pomos y caños alargados).

También es importante la estética del propio lavabo o de la bañera. Un lavabo ornamentado y una bañera de hierro fundido o piedra sobre patas bellamente talladas harán que el interior del baño de estilo retro resulte aún más suntuoso. Por supuesto, una bañera con patas requiere algo más de espacio (y, si es pesada, también un suelo/forjado resistente) que una moderna y revestida, pero en baños más pequeños se puede optar por una cabina de ducha estilizada.

Gama cromática i dodatki

No hay una única respuesta a esta pregunta; sin embargo, hay colores asociados al estilo retro. Son, ante todo, tonos claros, dorados, grises o plateados, pero también negros y oscuros. Estos últimos funcionan especialmente bien cuando se emplean en los detalles.

Un amplio baño vintage, lleno de blanco y de azulejos con aire de preguerra en tonos claros, se verá aún más imponente si el mobiliario de baño y el suelo se mantienen en colores oscuros. Por supuesto, los lavabos sobre encimera también tendrán entonces un tono claro y cremoso; sin embargo, sus bases en negro suponen un excelente contrapunto a los colores claros, armonizando con el fondo luminoso del interior.

Por su parte, los baños con una estilización especialmente suntuosa lucirán de maravilla cuando la mayoría de sus elementos se mantengan en color dorado. Lámparas de araña ornamentales, espejos en marcos dorados con formas fantasiosas, una bañera sobre patas doradas y los imprescindibles grifos en tonos similares son una receta estupenda para un baño vintage con una buena dosis de estilo glamur.

Además del equipamiento imprescindible (es decir, lavabo, bañera o inodoro), conviene elegir con cuidado los accesorios. Pueden ser toalleros dorados de estilo clásico, dispensadores de jabón, jarroncitos para flores o cestas para cosméticos. Puede haber bastantes accesorios, pero en baños pequeños no conviene excederse. Es cierto que el estilo retro presupone cierta dosis de opulencia, aunque en espacios algo más amplios.

Conviene subrayar, no obstante, que un baño retro puede inspirarse en otros estilos: basta con adaptarlos adecuadamente para lograr un efecto interesante, por ejemplo combinando el retro con el glamur. Las posibilidades son realmente muchas, y el estilo debe adaptarse a los habitantes de la casa, no al revés; por ello, merece la pena experimentar y no temer romper (algunas) de las reglas que rigen un estilo determinado.