Al planificar el diseño de interiores, es importante prestar atención a los detalles que pueden ser clave para la comodidad, la funcionalidad y la estética de tu espacio. La elección adecuada de la altura de la bañera es uno de esos elementos. A primera vista puede parecer un detalle menor, pero en realidad desempeña un papel fundamental en el diseño del baño. Descubre qué conviene saber al respecto.
Al planificar la decoración es importante prestar atención a los detalles que pueden ser clave para el confort, la funcionalidad y la estética de tu espacio. La elección adecuada de la altura de la bañera es uno de esos elementos. A primera vista puede parecer un detalle menor, pero en realidad desempeña un papel fundamental en el diseño del baño. Descubre qué conviene saber al respecto.
Una dimensión y una instalación inadecuadas del aparato sanitario pueden acarrear una serie de problemas, tanto de confort de uso como de seguridad. Una bañera demasiado alta puede dificultar entrar y salir de ella, especialmente para personas mayores, niños o con movilidad reducida. Esto, a su vez, puede provocar caídas y lesiones.
Además, en el diseño del baño, una bañera colocada demasiado alta puede dificultar el ajuste de cortinas o mamparas de ducha. También aumenta el riesgo potencial de inundar la estancia, especialmente si el agua de la ducha o del grifo se dirige con un ángulo demasiado pronunciado. En algunos modelos puede ser necesario realizar modificaciones en el espacio, como cambiar la ubicación del desagüe o de la grifería, lo que genera costes adicionales.
Sin duda, una bañera demasiado alta también puede ser un problema estético – la composición puede parecer desproporcionada y caótica. En casos extremos, esto incluso puede traducirse en una disminución del valor del inmueble, especialmente si estas molestias son relevantes para los posibles compradores.
Por supuesto, existen estándares que establecen la altura de instalación de la bañera en el baño, con el objetivo de garantizar confort y seguridad durante su uso. Aunque estas dimensiones pueden variar según las necesidades y preferencias individuales, los diseñadores suelen apoyarse en estas directrices para crear un espacio que no solo sea práctico, sino también armonioso y agradable desde el punto de vista estético.
Conviene recordar que estos estándares son solo un punto de partida – en última instancia, tú decides qué es lo mejor para tu espacio y tus necesidades, creando un lugar en el que disfrutar de tus rituales de cuidado.
La altura estándar de instalación de una bañera puede variar según el país y la región, pero suele oscilar entre 48 y 60 cm desde el suelo hasta el borde superior. Cabe señalar que estos valores son típicos tanto para los modelos exentos como para los empotrados. En el caso de aparatos sanitarios con hidromasaje u otras prestaciones especializadas, la altura puede ser algo mayor.
Aunque pueda parecer obvio, conviene recordar que la profundidad de la cuba no es lo mismo que su altura. Por ejemplo: bañera de 150 cm Olimpia tiene una profundidad de 45 cm, mientras que la altura total del aparato es de 58 cm. Hay que tenerlo en cuenta al planificar la disposición de la grifería.
La altura de bañera cómoda para personas mayores y con discapacidad depende de sus necesidades individuales y del grado de limitación de la movilidad. La altura de instalación debe facilitar entrar y salir, garantizando a la vez seguridad y confort de uso. Este valor debería situarse en torno a 38–43 cm – es decir, menos que las recomendaciones estándar.
Conviene señalar, al mismo tiempo, que muchas personas con discapacidad prefieren cabinas de ducha con facilidades de acceso y asideros especiales. Esto se aplica en particular a quienes usan silla de ruedas. Al diseñar el baño, la voz de la persona con movilidad reducida debería tener el mayor peso.
¿A qué altura se instala la bañera para que los más pequeños de la casa puedan usarla sin problema? En la práctica, para familias con niños, este valor puede situarse en los estándar 43–60 cm; sin embargo, cada vez con más frecuencia, en casas unifamiliares grandes se diseña un baño específico para los más pequeños. En ese caso, se elige el límite inferior de esos parámetros o incluso ligeramente por debajo. Esto facilita a los niños entrar y salir de la bañera y, al mismo tiempo, permite a los padres bañar cómodamente a los peques.
En los últimos años se observa un mayor interés por las bañeras con una altura algo superior a la de hace unos años. Esto puede deberse al auge de las viviendas pequeñas, donde las bañeras de rincón bajas y anchas con repisa no funcionan tan bien como los modelos adosados a pared y exentos más altos, que previenen mejor las salpicaduras y optimizan el uso del espacio. Otra razón por la que las bañeras altas ganan cada vez más aceptación pueden ser las consideraciones ecológicas – las bañeras más pequeñas y altas facilitan sumergir todo el cuerpo con un menor consumo de agua. Recuerda que la altura de la bañera respecto al suelo es uno de esos detalles a los que conviene prestar atención al diseñar el baño. En última instancia, tú decides qué solución será la mejor para tu hogar, y unos parámetros bien elegidos de los aparatos sanitarios contribuirán a crear un espacio agradable para todos los miembros de la familia.
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