Ajuste de las puertas de la mampara de ducha – guía eficaz

¿Cómo ajustar las puertas de la mampara de ducha y cuándo es absolutamente necesario hacerlo? Es una tarea que, sin duda, requiere precisión. En este artículo descubrirás cómo realizar estas operaciones para que las puertas de la mampara de ducha funcionen a la perfección. ¿Y los motivos? Hay muchos. ¡Los conocerás en este artículo!

Ajuste de las puertas de la mampara de ducha – indicaciones

El primer ajuste del funcionamiento de las puertas de la mampara de ducha tiene lugar ya en la fase de instalación de toda la mampara de ducha. La mampara debe quedar perfectamente nivelada. De lo contrario, no quedará en la posición correcta, por lo que las mamparas y sus puertas, inevitablemente, funcionarán de forma incorrecta y requerirán ajustes constantes. Si así sucede, lo que necesita regulación es la ducha, no las puertas en sí.

En caso de que todos los elementos de la mampara estén perfectamente nivelados, las indicaciones para regular sus puertas son los siguientes casos:

• dificultad para abrir/cerrar las puertas;


• mayor resistencia de las puertas;


• las puertas se enganchan con la superficie del plato de ducha;


• rodillos que se salen de las guías;


• espacio entre las puertas cerradas de la mampara;


• falta de cierre de las puertas en la parte superior o inferior de la mampara.

Cualquiera de los ejemplos anteriores es motivo para volver a ajustar las puertas de la mampara de ducha. Unas puertas que funcionan correctamente no deberían salirse de las guías, quedar mal cerradas ni dar problemas en su uso cotidiano.

¿Cómo ajustar las puertas de la mampara de ducha?

La instalación de una mampara de ducha, el correcto nivelado de todos los elementos y su armonización con las puertas requieren destreza, experiencia y precisión. A veces conviene recurrir a un profesional; no obstante, quien desee ajustar por su cuenta las puertas de la mampara debería realizar cada paso con calma y minuciosidad.

Por lo general, los responsables de las anomalías son los rodillos, encargados de deslizar suavemente las puertas por la guía. Si su estado deja mucho que desear, será necesario sustituirlos. En ese caso, hay que acudir a una tienda y comprar el modelo de rodillos adecuado, montándolo después según las instrucciones. De lo contrario, los rodillos se saldrán de la guía, lo que puede terminar dañando toda la hoja de la puerta.

Sin embargo, si lo único que ocurre es que están demasiado apretados o demasiado flojos, habrá que regularlos con un destornillador y la llave Allen (hexagonal) adecuada. No es demasiado difícil, pero conviene repetir la operación varias veces, sin prisas, hasta lograr el resultado deseado.

Puertas que no cierran – ¿qué hacer?

Las puertas que no cierran, ya sea por los laterales, por arriba o por abajo, suelen ser la causa de que el suelo del baño acabe salpicado. Las fugas se deben a diversos motivos, pero hay tres que destacan:

• guía de los rodillos de las puertas sin limpiar;


• incrustaciones de cal que reducen la fluidez del movimiento;


• juntas en mal estado.

Las puertas que se vuelven poco estancas en la parte inferior o superior suelen presentar este aspecto debido a perfiles de puerta desiguales. No es la única causa posible, pero sí muy habitual. Cualquiera de las averías mencionadas debe solucionarse en cuanto se detecte. De lo contrario, el agua saldrá fuera de la mampara, con consecuencias desagradables.

El agua que se acumula en el suelo del baño suele ser causa de accidentes domésticos. Quien, tras ducharse, sale del plato puede resbalar de forma muy desafortunada, incluso aunque haya una toalla o una alfombrilla en el suelo. Tampoco resulta estético, y el agua que cae al suelo habrá que retirarla. La pérdida de tiempo, de dinero, de paciencia y de buen ánimo no compensa quedarse de brazos cruzados; ¡y no irá a mejor!

Conviene ir ajustando las puertas y eliminar las averías que conducen a su mal funcionamiento o mala posición. Revisar rodillos y guías, nivelar, comprobar la calidad de los perfiles o el grado de incrustación calcárea de muchos elementos de las puertas es absolutamente básico. Merece la pena hacerlo con regularidad, cada pocos meses, o incluso una vez al mes. Así tanto la mampara de ducha, sus puertas como todo el baño funcionarán mejor.